Publicado en EL PAÍS / Cinco Días
PABLO PICO RADA / 13 de enero de 2015
http://cincodias.com/cincodias/2015/01/12/mercados/1421085060_398156.html
PABLO PICO RADA / 13 de enero de 2015
http://cincodias.com/cincodias/2015/01/12/mercados/1421085060_398156.html
Los hogares españoles
poseen el 27% de las cotizadas, la participación más alta de los últimos 11
años.
Getty Images
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Inversores extranjeros,
familias y empresas no financieras aglutinan en torno al 85% de la totalidad de
la Bolsa. El resto se reparte entre bancos y cajas (5,1%, en mínimos históricos
y muy lejos del 15% de los años noventa); compañías de seguros (2,4%),
Administraciones públicas (2,3% frente al 0,5% de hace un año) y entidades de
inversión colectiva (5%).
Los datos muestran que su
participación y peso ha variado de forma notable durante los últimos
ejercicios, como reflejo del impacto de la crisis y la reestructuración del
sistema financiero español.
Los inversores no residentes mantienen en 2014 su
papel hegemónico como propietarios de los títulos de las cotizadas nacionales,
con un 41,5% de ellos, el nivel más alto de la historia, casi cinco puntos por
encima que en 2007 (36,8%) y más del doble que en el conjunto de la Unión
Europea, según el Informe de Mercado 2014 realizado por Bolsas y Mercados
Españoles (BME).
Una inyección de capital
foráneo en el parqué que se ha mantenido por encima del 30% en las dos últimas
décadas y que pone de manifiesto la integración de la economía y del mercado
español en el ámbito internacional.
Y todo hace indicar que continuará al alza.
“Las previsiones de crecimiento para nuestra economía en 2015 y el hecho de que
el Ibex cuente con empresas muy interesantes que ofrecen grandes oportunidades
otorgan un potencial al mercado español superior al de la media de Bolsas
europeas”, esgrime Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets.
Aún más espectacular ha
sido el renovado interés de los hogares españoles por las acciones. Su peso en
la propiedad de las cotizadas se acerca al 27%, por valor de 183.387 millones
de euros, un 48% más que un año antes y un 9,4% del total de activos
financieros de las familias, de acuerdo a los datos publicados por el Banco de
España. Tras aumentar seis puntos en los dos últimos ejercicios, el nivel de
participación de las familias en la renta variable es el más elevado en 11
años, desde el 26% cosechado en 2003.
Los hogares españoles poseen el 27% de las cotizadas, la participación más alta de los últimos 11 años
El desembarco de los
pequeños inversores en el parqué responde a múltiples razones. Entre otras, la
búsqueda de una rentabilidad que empiezan a negar otros destinos tradicionales
del ahorro familiar. “Una búsqueda que de alguna forma ha sido forzada por la
actuación de los bancos centrales. Es la llamada represión financiera: el Banco
Central Europeo (BCE), con sus políticas de tasas de interés prácticamente
nulas, está casi obligando a los tradicionales ahorradores a pasarse al bando
de los inversores si quieren obtener algo de rentabilidad con su dinero”, opina
Fernando Luque, editor de la firma de análisis Morningstar en España.
También explican este
hecho la pérdida de atractivo de la inversión inmobiliaria –refugio clásico del
ahorro en nuestro país– o las generosas políticas de retribución al accionistade las cotizadas. Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, afirma: “Esa peculiaridad del dividendo en España, hace que
la Bolsa española sea considerada por muchos como una alternativa a la renta
fija”.
Los dividendos de las
compañías alcanzaron un récord de 43.500 millones de euros en 2014, un 90% más
que el ejercicio previo, lo que consolidó al Ibex como el parqué europeo con
mayor rentabilidad.
López-Gálvez también
apunta que “los bancos cotizados muchas veces ofrecen a través de sus redes
comerciales la inversión en acciones del propio banco como alternativa de
inversión”. Este hecho, “junto a la adquisición de una mayor cultura financiera
de la ciudadanía”, ha acercado a los particulares a la Bolsa.
La presencia de pequeños
inversores en el parqué español se incrementó desde 2012 cuando grandes valores
como Santander, Telefónica, Repsol o Iberdrola pusieron en marcha de manera
masiva los programas de scrip dividend o dividendo elección. Así, una mayoría
de accionistas recibió acciones en vez de cobrar el dividendo en efectivo.
El doble que en la Unión
Europea
La participación de las familias españolas en las compañías cotizadas se eleva a más del doble que en el conjunto de la Unión Europea. El 27% del caso español contrasta con la participación de los hogares europeos en la propiedad de las acciones, que se reduce al 11% de media y se ha mantenido estable desde 2008. Un porcentaje superior en más de 15 puntos al francés o inglés (11%) y que casi triplica al de los particulares alemanes (9%).
La participación de las familias españolas en las compañías cotizadas se eleva a más del doble que en el conjunto de la Unión Europea. El 27% del caso español contrasta con la participación de los hogares europeos en la propiedad de las acciones, que se reduce al 11% de media y se ha mantenido estable desde 2008. Un porcentaje superior en más de 15 puntos al francés o inglés (11%) y que casi triplica al de los particulares alemanes (9%).
Se trata de una
estadística de compleja explicación entre los analistas. “Quizá se deba a que
en otros países europeos haya una mayor concienciación en el ahorro a largo
plazo a través de mecanismos de previsión social y planes de pensiones en
detrimento de la operativa directa en Bolsa”, reflexiona López-Gálvez.
La preferencia de los
inversores por la renta variable española se pone de manifiesto también con el
aumento del volumen de contratación y del número de operaciones registradas
desde mediados de 2012 en el parqué. Un crecimiento que se ha visto apoyado por
las numerosas salidas a Bolsa, la presencia del sector inmobiliario a través de
las nuevas sociedades de inversión denominadas Socimi o la popularidad de
productos cotizados como los ETF.
La Bolsa experimentó un
crecimiento en la negociación de acciones líder en Europa a lo largo del pasado
año. “El número de importes negociados, con casi 71 millones de operaciones de
compraventa en productos de renta variable hasta noviembre –un 46% superior al
anotado hasta la misma fecha de 2013–, se situó como el más alto de la historia
de la Bolsa española”, remarca Domingo García Coto, director del servicio de
estudios de BME.
Con las familias y los no
residentes como principales animadores, “el volumen de contratación ha superado
los 880.000 millones de euros y sube un 26% respecto a 2013, por encima de los
principales mercados europeos”, concluye Coto.
Las cotizadas españolas,
fuertemente castigadas durante la crisis de deuda de la periferia europea, recuperaron
su atractivo a mediados de 2012 gracias al apoyo del BCE. La Bolsa nacional
volvía a situarse en el foco de los inversores.
Así, el Ibex (el indicador que
aglutina a los principales valores), que cerró 2014 con una revalorización del
3,66%, acumula un alza del 80% desde los mínimos marcados durante la crisis
hace dos años y medio.