PABLO PICO RADA / 29 de abril de 2014
http://cincodias.com/cincodias/2014/04/29/mercados/1398792084_591839.html
Convertido en uno de los índices bursátiles de moda, disfruta del optimismo que destila entre los inversores. Se espera que aporte más rentabilidad que las principales plazas mundiales.
LA RENTA VARIABLE BUSCA ATRAER AL INVERSOR MODERADO
La esperada continuación de descensos en los rendimientos de productos ligados al ahorrador con un perfil más conservador, como la renta fija y los depósitos –con la mayoría de las ofertas por debajo del 2% TAE–, puede producir un movimiento de inversores hacia las acciones, en busca de unos ratios de rentabilidad más atractivos. “No sería de extrañar que muchos inversores, ante la situación de bajos tipos de interés en el mercado de bonos y en los depósitos bancarios, pudieran buscar rentabilidad en otras clases de activos, como la Bolsa. Dentro de este contexto, no es descabellado buscar mayores retornos en el Ibex atraídos por la rentabilidad por dividendo que ofrece, la mayor entre las principales Bolsas”, expone López-Gálvez, de Self Bank.
Según Natalia Aguirre, “es evidente que en el entorno actual de tipos en mínimos históricos, y con la expectativa de que se mantengan así durante un largo periodo de tiempo, el inversor que pretenda obtener una mayor rentabilidad tendrá que estar dispuesto también a asumir un mayor riesgo, si bien hay que tener en cuenta que la renta variable puede no ser adecuada para todos los perfiles de riesgo, y cada inversor debe valorar cuál es su capacidad para asumir la mayor volatilidad de las inversiones en Bolsa”.
En su búsqueda de mayores márgenes de rentabilidad, “estamos viendo, poco a poco, un mayor apetito por el riesgo por parte del inversor español. De hecho, este mes de marzo ha sido el decimoquinto mes consecutivo de entradas netas de dinero en fondos de renta variable española”, cuantifica Fernando Luque. Así como en el de renta fija periférica –con la deuda española en manos de inversores extranjeros en zona de máximos, según datos del Tesoro–.
Paula Mercado incide en que “es algo que puede ya percibirse en los fondos de inversión de gestoras españolas. Fondos mixtos y de renta variable están creciendo de manera notable, a pesar de que aún les supera el crecimiento de los fondos de gestión pasiva”.
Convertido en uno de los índices bursátiles de moda, disfruta del optimismo que destila entre los inversores. Se espera que aporte más rentabilidad que las principales plazas mundiales.
(Getty) |
Tras el largo periodo de turbulencias que padeció en los
momentos más agudos de la crisis, el verano de 2012 actuó de catalizador para
el selectivo español. El parqué madrileño se tiñó de rojo con caídas de un
17,4% en 2010; un 13,1% en 2011 y un 4,6% en 2012. Entonces se produjo un punto
de inflexión que pudo constatarse a lo largo de 2013, cuando el Ibex alcanzó una
revalorización superior al 21% anual. La Bolsa despedía un ejercicio con
subidas por primera vez desde 2009, cuando el incremento fue del 30%. En lo que
llevamos de año ha mantenido la tendencia positiva, anotándose más de un 5%, y
varios expertos apuntan que finalizará 2014 por encima del resto de las
principales plazas mundiales.
El selectivo español goza de un notable atractivo entre los
inversores y ha consolidado su posición como uno de los índices favoritos
respecto a sus homólogos europeos o estadounidenses en los últimos meses. “Creo
que lo más probable es que el Ibex finalice el año por encima del resto de
mercados europeos, de Estados Unidos y de emergentes. Sobre Japón, hay dudas de
si van a darle un giro más expansivo a su política monetaria”, aduce Daniel
Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets.
Una evolución positiva que los analistas prevén que se
mantenga en los próximos meses. Máxime cuando la Bolsa nipona se revalorizó un
23% en 2012 y un 56% en 2013, la mayor subida del Nikkei en 40 años. Los
índices de Wall Street y el Dax alemán –solo por encima del Ibex como la Bolsa
con mayores alzas en 2013 entre las plazas del Viejo Continente– alcanzaron
nuevos máximos históricos y los grandes mercados europeos cosecharon subidas de
dos dígitos.
Dos escenarios
En términos de rentabilidad, los analistas barajan para el
Ibex un alza de entre el 10% y el 20%. “Pensamos que el Ibex puede terminar el
año con una subida de entre un 10% y un 15%, para cerrar entre los 11.000 y los
11.500 puntos”, explica Daniel Pingarrón. “Barajamos un escenario base para el
Ibex de 10.800 puntos y otro más optimista que nos llevaría a una valoración de
12.100 puntos (un alza del 22%) –lejos aún de sus máximos históricos alcanzados
en noviembre de 2007, cuando tocó los 15.945 puntos–. La diferencia la marcará
el ritmo de recuperación económica global y su menor o mayor traslado a los
resultados empresariales”, expone Natalia Aguirre, directora de análisis y
estrategia de Renta 4.
Pero para que este último escenario se cumpla “es necesario
que los beneficios empresariales tomen el relevo a la liquidez de los bancos
centrales, que suponen una reducción en los costes de financiación, como
impulsores de nuevas subidas en las Bolsas”, concluye. En el campo de los
resultados empresariales, Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, apunta
que “las grandes compañías cotizadas españolas se verían beneficiadas de una
posible bajada del impuesto de sociedades, actualmente en el 30%”.
“Creo que el Ibex
seguirá haciéndolo mejor que el resto, pero es evidente que, como parte del
recorrido ya está hecho con respecto a la infravaloración e infraponderación
del mercado, la subida neta será más limitada en el año, no superior al 7% o
10%”, considera José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citigroup en
España.
Algunos analistas se muestran más cautos respecto al Ibex.
“Pensamos que a medio-largo plazo el mercado español no está especialmente
barato a estos precios. Incluso, estaría ligeramente sobreponderado, en torno a
un 4%. A nuestro juicio, el mercado español no es el más interesante ahora
mismo en cuanto a valoración. Vemos más potencial a largo plazo en determinados
mercados emergentes”, advierte Fernando Luque, editor de Morningstar en España.
Detrás de los motivos principales que subyacen bajo la
renovada confianza de los inversores por el Ibex se encuentra la mayor confianza
sobre la estabilidad de la zona euro, que posibilitó el regreso de los
inversores internacionales y redujo las tensiones en el mercado de deuda. Los
activos españoles, castigados durante la crisis, cotizaban a precios muy bajos,
y los inversores comenzaron a verlos con interés. Se produjo el ansiado cambio
de percepción sobre el mercado español, que de ser observado como un riesgo a
evitar pasó a contemplarse de nuevo como una oportunidad de inversión. El
dinero procedente del exterior regresó al Ibex, atraído por sus bajas valoraciones
y las primeras pistas de una incipiente recuperación económica. Junto a todo
ello, las medidas de políticas expansivas adoptadas por los bancos centrales
harían el resto. Los analistas destacan además un factor diferencial, las
reformas gubernamentales adoptadas, así como la estabilidad política, que
desligan y distancian al mercado español de otros mercados de la periferia como
Grecia o Italia.
Para cerrar el círculo, la prima de riesgo española, el
diferencial de rentabilidad de deuda respecto a Alemania, continuó relajándose
desde el segundo semestre de 2013, en niveles cercanos a los 290 puntos
básicos. “Esto ha provocado un incremento de no residentes que deciden invertir
tanto en nuestra deuda pública como en nuestras empresas. La bajada de la prima
de riesgo ha permitido un mejor acceso a la financiación en los mercados de
deuda a las empresas de nuestro país”, argumenta López-Gálvez.
Mejora de expectativas
La mayor confianza sobre la estabilidad en la zona euro ha hecho posible el regreso de los inversores internacionales y ha reducido las tensiones en el mercado de deuda
Natalia Aguirre considera que ese cambio de tendencia se
debe “fundamentalmente al recorte en los costes de financiación, promovido a su
vez por las declaraciones y actuaciones del Banco Central Europeo (BCE). Una
parte viene por la confirmación de que el proyecto del euro va adelante (algo
que se ponía en duda en verano de 2012) y otra parte por la mejora de
expectativas en la economía española tras los ajustes y reformas estructurales
que se han llevado a cabo y que han permitido a los inversores internacionales
recuperar la confianza en nuestra economía”. Y es que, como recuerdan los
expertos, la Bolsa actúa como indicador adelantado de la evolución de la
economía real.
“A lo largo de este periodo también hemos visto una mejora
en los datos macroeconómicos, con mayores previsiones de crecimiento, y el
desempleo parece haber tocado fondo. El consumo privado lleva tres trimestres
en positivo, y ya es de los países que más crecen de Europa. Además, se ha
seguido fraguando la recapitalización bancaria y el reajuste del sistema
financiero español”, señala López-Gálvez. Entre las fortalezas del selectivo
español que atraen a los inversores, el analista destaca que “la mejora de la
competitividad y las exportaciones son un factor clave”. “El mercado
inmobiliario tendrá que repuntar tarde o temprano. Respecto al crédito, creemos
que se está produciendo un punto de inflexión: los últimos datos muestran que
las nuevas operaciones de crédito han aumentado un 6% interanual para empresas
y un 16% en los hogares, aunque en flujos netos sigue siendo todavía negativo”,
concluye.
Daniel Pingarrón destaca el hecho de que “el selectivo
español es un índice más cíclico, que ha recibido un castigo mayor en el pasado”.
“La economía española está siendo una de las que más están mejorando sus
fundamentales respecto al ritmo anterior. Además, los activos periféricos son
una inversión de moda”, afirma. Según Aguirre, “realmente los inversores se han
decantado por los periféricos europeos porque el foco de riesgo se ha
redireccionado hacia los mercados emergentes, afectados tanto por la retirada
progresiva de los estímulos económicos planteados por la Reserva Federal de EE
UU (Fed), mediante la reducción en la compra de bonos de deuda pública
norteamericana, como por la desaceleración que se está observando en la
economía china”.
Ese castigo padecido por la Bolsa española durante la
tormenta financiera ha posibilitado que la posición de partida con la que ha
iniciado el selectivo la recuperación fuera más baja respecto a los principales
índices europeos y mundiales. Esta es una de las claves del buen momento por el
que atraviesa el Ibex.
Paula Mercado, directora de análisis de VDOS, cree que
“se trata fundamentalmente de una recuperación desde niveles muy bajos, no solo
del Ibex, sino del país, que es percibido desde fuera como una oportunidad de
inversión, en vista de la rápida recuperación de la balanza comercial y del
esfuerzo ciudadano, que ha llevado a una notable reducción del coste de la
deuda junto con una fuerte recuperación de la competitividad”.
Firmino Morgado, gestor del renombrado fondo Iberia Fund,
coincide con el resto de expertos al resaltar que “el Ibex se ha visto rezagado
en estos últimos años respecto a los otros índices europeos y ahora está barato
frente a estos”. Y continúa: “Ello no sería un motivo por sí solo para que lo
hiciese mejor; sin embargo, la economía española está mejorando rápidamente en
muchos de los frentes que tenía abiertos: desde la prima del riesgo hasta el
saneamiento del sector financiero, pasando por la reforma laboral y la
consecuente mejora de la productividad aparejada, que ha disparado un área
clave como las exportaciones”.
Más rentabilidad
Morgado se muestra optimista respecto a la evolución del
índice madrileño, “las acciones comienzan a subir antes que los indicadores
económicos, y pensamos que seguirán haciéndolo como antesala a una recuperación
económica española más pronunciada en 2014”. Por su parte, Felipe López-Gálvez
alerta: “También hay que tener en cuenta el hecho de que el Ibex es, dentro de
los grandes índices del mundo, el que mayor rentabilidad por dividendo –
aquella que procede exclusivamente de la retribución al accionista– va a
ofrecer a lo largo del próximo año. Los datos estimados son: Ibex (4,6%),
S&P500 (2,1%), Nasdaq (1,2%), Bovespa (4,1%), FTSE (3,9%), Cac (3,5%), Dax
(3%), Nikkei (1,8%) o Hang Seng (3,7%). Esta circunstancia hace que el
potencial del Ibex sea más limitado, aunque resulte atractivo para el
accionista”.
Natalia Aguirre espera un mejor comportamiento relativo de
Europa frente a Estados Unidos. “Por su mayor potencial de recuperación de los
beneficios empresariales, sus mejores valoraciones y los posibles nuevos
estímulos monetarios del BCE. Los países periféricos, incluido España, serían
los más beneficiados de nuevas medidas expansivas del BCE”, explica.
El discurso del presidente del BCE, a mediados de 2012, fue
clave en el cambio de rumbo experimentado por la Bolsa española. Así lo resalta
Fernando Luque: “En realidad, la recuperación del Ibex (y su mejor
comportamiento respecto a los índices europeos) empezó cuando Draghi pronunció
las ya famosas palabras de que iba a hacer todo lo que fuera necesario para
salvar al euro, en verano de 2012. En cierto sentido, es un movimiento de
normalización, ya que anteriormente a este momento el selectivo español había
tenido una evolución bastante peor que las demás Bolsas europeas”.
El mejor comportamiento que ha mantenido el Ibex respecto al
resto de plazas europeas se pone de manifiesto al compararlo con el Euro Stoxx
50, el índice bursátil de referencia de la eurozona, compuesto por 50 grandes
empresas europeas, cinco de las cuales son españolas. Desde agosto de 2012, la
evolución comparada del Ibex ha sido siempre superior respecto al Euro Stoxx
50. “En este movimiento también ha influido el fuerte peso del sector bancario
en el Ibex, que alcanza el 40% en el caso del índice español, frente a un 25%
en un índice como el Euro Stoxx, ya que este sector ha tenido un comportamiento
relativo muy positivo desde la fecha indicada”. Asimismo, concluye Luque, “una
de las consecuencias de las palabras de Draghi ha sido una bajada de las
rentabilidades de los bonos a largo plazo de la periferia europea, circunstancia
que ha favorecido especialmente a los bancos españoles, muy cargados de deuda
pública”.
El cambio de panorama en el mercado de deuda ha sido
profundo. La deuda española se ha librado al fin de la etiqueta de activo de
máximo riesgo y la rentabilidad del bono español a diez años se sitúa hoy
rozando el 3%, cuando en el verano de 2012 superó ampliamente el 7%. Esto le ha
permitido moverse hacia un territorio muy cercano a sus mínimos históricos, el
3,005% registrado en 2005. Una mejora que se ha trasladado a la prima de
riesgo, estabilizada por debajo de los 160 puntos básicos y que se mueve en
zona de mínimos desde 2010. Cabe resaltar que en Italia el interés exigido al
bono italiano a diez años ha marcado nuevos mínimos históricos, si bien se
sitúa entre dos y tres puntos básicos por encima del equivalente español. El
equilibrio político con la llegada al poder de Matteo Renzi desde febrero ha
servido para inspirar confianza en el principal país de la periferia europea.
Entre el resto de países periféricos, en Grecia, que acaba de regresar al
mercado con su primera colocación de deuda desde su rescate en 2010, la prima
de riesgo se sitúa en 458 puntos básicos; la de Portugal, en 222, y la de
Irlanda, en 134 puntos.
Marcadores de evolución
La evolución económica y su incidencia en los resultados
empresariales, las actuaciones que adopte el BCE respecto a los riesgos
deflacionistas y en materia de política monetaria, así como la Reserva Federal
en EE UU, junto a las tensiones geopolíticas derivadas de la crisis de Ucrania,
marcarán en gran medida la evolución del Ibex en los próximos meses. Pero, en
cualquier caso, parece que el giro experimentado por el selectivo español y su
tendencia positiva se ha asentado, y el fondo del mercado sigue siendo alcista.
“Se ha creado un círculo virtuoso, en contraste con el círculo vicioso
anterior”, observa Tim Stevenson, director de renta variable europea de
Henderson, quien añade que “España se ha recuperado porque hay signos evidentes
de que el doloroso proceso de ajuste está empezando a dar sus frutos: el
desempleo está empezando a declinar y una variedad de indicadores económicos
parece alentadora. Además, se ha producido un fuerte descenso de los costes de
financiación”.
Llegados a este punto, la necesidad de refrendar todos los
buenos augurios que los inversores han mostrado sobre el mercado español se
hace imprescindible para mantener la senda positiva del selectivo español. Toca
ratificar las primeras señales positivas sobre la recuperación económica,
materializadas con la salida oficial de la recesión de la economía española, al
crecer un 0,1% en el tercer trimestre y un 0,2% en el segundo trimestre de
2013, y la mejora de las previsiones de crecimiento cara a 2014 de distintos
organismos. Pero conviene no perder de vista el incontrolable incremento de la
deuda pública, ya en el 96% del PIB, 987.000 millones de euros, a pesar de los
esfuerzos de consolidación fiscal, y la posible preocupación de los inversores
en la capacidad atribuida al país para devolver la deuda. Porque, como recuerda
Martínez Campuzano, “el mercado siempre vive de expectativas; ahora se trata de
no decepcionar a las generadas de forma positiva sobre España”.
LAS PRINCIPALES APUESTAS DE LOS ANALISTAS
Ante las escasas alternativas interesantes de inversión con que cuentan actualmente los inversores, los analistas afirman que la Bolsa seguirá siendo la mejor opción de los inversores en su búsqueda de rentabilidad.
Las recomendaciones por parte del consenso de analistas, en cuanto a la renta variable española, se focalizan en compañías del sector de la construcción, empresas industriales y de servicios públicos (utilities). Los expertos fijan el foco en la recuperación, con empresas ligadas al crecimiento económico mundial. CAF, Sacyr, Técnicas Reunidas, OHL, Enagás, Acerinox, Airbus, Ferrovial, Miquel i Costas y Jazztel dominan entre los analistas, con recomendaciones de compra que se sitúan en una horquilla de entre el 65% y el 80%, según el consenso de Bloomberg.
Los analistas incorporan también a sus carteras compañías financieras. “Especialmente los bancos nacionales, con preferencia por los que tienen una gran exposición a Latinoamérica, que han tenido un comportamiento positivo”, remarca Tim Stevenson. Una apuesta en la que coincide Firmino Morgado. “Nos gusta especialmente el sector financiero, pues la consolidación bancaria se halla en su recta final y deberían producirse mejoras cuando el sector apuntale definitivamente sus balances. Entidades como BBVA, CaixaBank, Santander o Bankinter son fuertes, están bien gestionadas, tienen unos balances totalmente saneados y se hallan en precios históricamente atractivos”.
Por su parte, Daniel Pingarrón destaca que “hay varios valores interesantes en el selectivo. En el actual entorno, nos decantaríamos por una cartera mixta compuesta de Sacyr, Bankinter, Grifols, REE y Acciona”. Para un inversor de perfil de riesgo moderado, “desde Renta 4 recomendamos nuestra cartera de 5 grandes”, resume Natalia Aguirre, “compuesta por Inditex, Repsol, BBVA, Dia y OHL”.
La esperada continuación de descensos en los rendimientos de productos ligados al ahorrador con un perfil más conservador, como la renta fija y los depósitos –con la mayoría de las ofertas por debajo del 2% TAE–, puede producir un movimiento de inversores hacia las acciones, en busca de unos ratios de rentabilidad más atractivos. “No sería de extrañar que muchos inversores, ante la situación de bajos tipos de interés en el mercado de bonos y en los depósitos bancarios, pudieran buscar rentabilidad en otras clases de activos, como la Bolsa. Dentro de este contexto, no es descabellado buscar mayores retornos en el Ibex atraídos por la rentabilidad por dividendo que ofrece, la mayor entre las principales Bolsas”, expone López-Gálvez, de Self Bank.
Según Natalia Aguirre, “es evidente que en el entorno actual de tipos en mínimos históricos, y con la expectativa de que se mantengan así durante un largo periodo de tiempo, el inversor que pretenda obtener una mayor rentabilidad tendrá que estar dispuesto también a asumir un mayor riesgo, si bien hay que tener en cuenta que la renta variable puede no ser adecuada para todos los perfiles de riesgo, y cada inversor debe valorar cuál es su capacidad para asumir la mayor volatilidad de las inversiones en Bolsa”.
En su búsqueda de mayores márgenes de rentabilidad, “estamos viendo, poco a poco, un mayor apetito por el riesgo por parte del inversor español. De hecho, este mes de marzo ha sido el decimoquinto mes consecutivo de entradas netas de dinero en fondos de renta variable española”, cuantifica Fernando Luque. Así como en el de renta fija periférica –con la deuda española en manos de inversores extranjeros en zona de máximos, según datos del Tesoro–.
Paula Mercado incide en que “es algo que puede ya percibirse en los fondos de inversión de gestoras españolas. Fondos mixtos y de renta variable están creciendo de manera notable, a pesar de que aún les supera el crecimiento de los fondos de gestión pasiva”.
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